sábado, 1 de mayo de 2010

Chocolat Menier



La pequeña niña del cartel con trenzas castañas mientras escribía la letra "r" de Menier; sin querer, tropezó y se salió. Nadie la vio cayéndose, la gente andaba con estrés y preocupación pensando en sus cosas, como para darse cuenta.

La niña de falda azul y medias negras, al ver que no podía coger ni su paraguas ni su cesta de chocolate, se apuró.

Miraba a la gente con la intención de que la ayudaran. Estoy seguro de que no diría nada...no sabía. Y las palabras "chocolat" y "Menier" no le servirían. La pobre sólo quería regresar al anuncio. "¿Cómo es posible que no me reconozcan? Creía que era más famosa", pensaba.

Vio al hombre que colgaba los carteles y se acercó. Le tiró de la camisa azul a cuadros y él giró la cabeza. Al verla puso unos ojos como platos, miró el cartel y se desmayó.

Los chicos de la ambulancia llegaron enseguida, pero para entonces la niña del chocolate había doblado la esquina.

Llegó a un establecimiento donde el cartel rezaba "FERRETERÍA". El ferretero, de aspecto no muy agraciado, atendía a un hombre que sólo quería un pequeño bote de pintura negra.

El ferretero con gafas redondas y pelo negro se las quitó y se frotó los ojos. Vio a la pequeña encaramada al mostrador.

-¿Qué quires, niña?¿Vienes sola o con tu madre?

-Menier- le contestó la cría.

-¿Menier?...¿Es chocolate lo que quieres? Has venido al sitio equivocado, acércate a la chocolatería que está enfrente. Díselo a la señora Marryhappy es muy simpá...

El hombre se detuvo cuando se fijó en el parecido de la niña del cartel del escaparate de la señora Marryhappy y de la niña que tenía enfrente. Se volvió s frotar lo ojos,cría que estaba soñando.

La cría tiró de él hasta de él hasta la pared de su cartel, y el hombre comprendió lo que quería decir al ver el hueco que había dejado. Se quedó pensando un rato.

Se fue, y en el momento en que la niña ya pensaba que jamás podría volver a entrar en el cartel, regresó con una cuerda. Dobló una equina de papel y ató la cuerda.

-Avanza cogida de la cuerda, adiós pequeña amiga, ¡buen viaje!

La niña de Menier regresó a su anuncio y pudo terminar de escribir la letra "r".