Durante la tarde que precede a un día ventoso, las nubes se vuelven de color naranja.
En el fondo del río Tinto (Huelva) viven las rhodobacterias, capaces de metabolizar el azufre; y tiñen el agua y la tierra de color vino. En la bahía de San Francisco están las balsas de evaporación de las que se obtiene sal y su color rojo purpúreo se debe fundamentalmente a las bacterioruberinas y la bacteriorrodopsina de una arquea. Por otra parte, los egipcios no se pueden bañar en las aguas del lago Hamara por las deposiciones de natrón.
Pisar el suelo cristalizado de la cuenca del Valle de la Muerte, la zona más seca y caliente de Norteamérica. Visitar el desierto salado de Chile y deshacer con los dedos un puñado de sal. Pisar descalzo el Gran Lago Salado de Utah.
La quietud de la noche, cuando sólo pasean los murciélagos, los búhos y las polillas.