¿Sabías que los locos verdaderos se tiran a los lagos? Prefieren morir ahogados (muerte que, por cierto, es la más hermosa) en el anonimato a procurarse un dolor físico. El morbo de esta última llama a la gente, los “normis”, los “no locos”. ¡Bendita curiosidad!, exclaman sus ojos. Y los dementes rabian al verlos. Yo observo un odio mutuo, ¿podría ser? No estoy seguro. Pero no nos desviemos del tema. Los locos se tiran a los lagos porque les atrae el verdor del agua una vez sumergidos. Y miran hacia arriba, hacia los rayos de sol que se cuelan, dándote la despedida.
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