sábado, 22 de febrero de 2014

Una caja de fresas (MR nº 6)



Felipe paseaba por la calle con paso lento aprovechando que esa mañana hacía un poco de sol. Pronto empezaría la primavera, pero aún soplaba un viento helado que le cortaba la piel de las manos. Llevaba la parka verde cerrada hasta arriba. Así, el borrego le calentaba las mejillas. 

Llegó al mercado. Los fruteros ya habían traído las primeras frutas de temporada. Lucían apetitosas aunque no estuvieran todavía en su punto. Vio una pequeña caja de madera con grandes fresones. Al ver el reluciente rojo pensó en Mariana, su mujer, y en el bebé que tendrían este verano. Compró la caja y volvió a casa diciéndose que nunca una fruta le había echo sentirse más feliz.


No hay comentarios: