lunes, 17 de enero de 2011

Papelitos amarillos

Papelitos amarillos


Alejandra le hizo un regalo muy bonito a Cati para el amigo invisible. Le compró una libreta pequeñita muy mona de Sfera con un gato negro vestido de enfermero, graciosísimo, con su mascarilla y todo; y también una tableta de Milka y golosinas.

Lo mejor fue el esmero que puso al liar el presente. Ese día yo estaba con ella y le pasaba las tiras de cinta adhesiva.

Verás, primero puso la libretita, las chucherías y la chocolatina en una caja blanca que ya me había llamado la atención cuando entré en su cuarto. Después, se dispuso a liarla con un papel verde brillante. No había suficiente. Me miró y me dijo en silencio: “¡mierda!”. Estuvo durante cinco minutos buscando en la guardilla otro papel  de envolver. Mientras, yo miraba la cajita escuchando el ruido de los cartones y plásticos revolviéndose a mi espalda.

Alejandra volvió con papel fucsia y una mochila de peluche. La observé en silencio como se sentaba en el suelo, liaba el regalo, y, finalmente, sacaba una cinta lila por la cremallera de la oveja.

-Si quieres un regalo tan mono, ya sabes a quien le tienes que tocar el año que viene.

Hizo un lazo y me pasó el paquete. Cogí aquella lindeza y lo metí en mi bandolera de los Kiss. Yo debía entregársela al tutor para que recibiera el regalo Cati. Mi compañera Alex sabía que no asistiría ese martes porque estaría de viaje.

Llegué a mi casa con el bulto en el bolso. Lo saqué y lo metí en la bolsa del regalo que yo había comprado. Pensé en lo que me había dicho mi amiga. Y no era tan mala idea.

Pero, ¿cómo conseguir que coja el papel con tu nombre aquel que quieres?

Fácil, folios de colores.

¿De qué color? Ahí estaba el problema.

Porque si es rojo, destacaría mucho y lo cogerían antes que ella y el rosa no me gusta.

¿Y si es azul? Podría pasar desapercibido entre las líneas y recuadros del resto de los papelitos. Y con el verde seguramente pasaría lo mismo… 

En la cama, seguí meditando el tono de mi papelito personalizado. ¿Y amarillo? Amarillo claro. ¿Quién va a coger un papel amarillo? ¡Alejandra!

Fantaseé con mi futuro regalo con lazo típico americano. El año que viene será. Y el curso que viene es… primero de bachillerato… ¡oh, no! Alejandra se va meter en letras, y yo voy directa a ciencias…

¡Adiós libreta de gato!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

O quizás Alejandra este echa un lío y acabe estudiando medicina, su madre vería realizado el sueño de su vida y ella ganaría mucho más dinero que si siguiera su inocente sueño de ser escritora.

Nerine Bowdenii dijo...

jaja...te adoro,¿lo sabes?